País para viejos Recordatorio sobre la situación que acecha a España en el tema de pensiones, en menos tiempo del que algunos esperan

El otro día, charlando con unos amigos en un bar, me preguntaban cómo veía yo el futuro. Mi respuesta: «Jodido».

Y de hecho, ha sido cosa de darme un paseo breve por eldiario.es a día 31 de julio de 2016 y reafirmar lo que pienso. Allá van varios links:

  1. Casi el 60% de las personas en paro lleva más de un año buscando un empleo (de los cuales, 781.700 tienen más de 50 años): Link
  2. El PP advierte a PSOE y Ciudadanos antes del inicio de las negociaciones: Rajoy o vuelta a las urnas: Link
  3. Los alumnos que suspendan la ‘reválida’ de la ESO solo podrán matricularse en una FP Básica: Link

En la primera noticia se puede observar que a lo que nos estamos enfrentando está tomando un carácter sistémico, no puntual, porque tal y como se puede ver en el gráfico, la proporción de paro de larga duración ha crecido de manera ridícula en estos últimos años.

En la segunda, vuelvo a recordar una vez más, que aún estamos sin Gobierno. Y oye, la verdad que no se está tan mal; cualquiera diría que no hay gran diferencia. Pero ya empieza a aburrir el cuento.

En la tercera, he recordado que finalmente se van a aplicar las reválidas que han hecho llevarse las manos a la cabeza a unos cuantos educadores en España. Como dicen en ese link, también pienso que el fracaso escolar aumentará, ya que lo que le falta al alumno medio es motivación para el estudio, el descubrimiento, las ganas y la utilidad del aprender. Y eso precisamente no es algo que se consiga poniéndolos «entre la espada y la pared» con un examen puntual que vaya a jugar un papel tan importante en sus decisiones futuras.

Alumnos
(Fuente: Pixabay)

Para ello también quiero destacar al señor José Antonio Fernández Bravo (decano de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Educación de la Universidad Camilo José Cela), que critica bastante duramente en esta entrevista el pequeño engendro de sistema educativo que tenemos y que estamos pariendo. De hecho, recuerda que la educación es un medio fundamental para «aprender a generar pensamiento» o «desarrollar una cultura de escucha, no una cultura del esfuerzo».

Pero bueno, eso solo me ha venido a la mente mirando noticias en unos 20 minutos. Luego he descubierto en este enlace del INE (Instituto Nacional de Estadística) que en las páginas 10 a 13 se puede ver (y la verdad es que de reciente, tiene poco) una tendencia un tanto… pesimista para los jóvenes, nada más fijándonos en la demografía.

  • Para empezar, la pirámide poblacional. Se supone que esa gráfica tiene que tener forma de pirámide. Como pudimos ver en el caso del Brexit, al menos en el Reino Unido la población estaba más equilibrada en la distribución, con lo que el tortazo no será tan repentino como en España. Sin embargo, cuando veamos a la generación del «Baby Boom» con 60-70 años, entonces me da que nos echaremos unas risas.
  • Para seguir, la tasa de fertilidad. En España estamos en 1,27 hijos por mujer, cosa que poco ayuda a equilibrar la pirámide anterior. Se estima que para que haya un relevo generacional, debe haber una tasa de 2 hijos por mujer, que, viendo los datos del Eurostat que aparecen en la página 12, vemos que ninguno de los países analizados lo cumple.
  • Por otra parte tenemos la tasa de mortalidad. En España tenemos la fortuna de tener la esperanza de vida más larga de Europa, con 83,2 años de vida. ¡Qué bien! ¿No?

Todo ello, hasta que el sistema siga su curso natural. Es decir, que la gente que ahora tenga 50-60 se jubile, los jóvenes puedan aspirar a tener un trabajo, etc. Porque solamente en esos 3 detalles que he mencionado, se puede ver que, por un lado, la pirámide poblacional está tomando una forma que no debería, en la que hay muchos más ancianos que jóvenes, lo que implica que no trabajarán. Y por otro lado, podemos ver que la tasa de fertilidad y la de mortalidad no están haciendo más que agravar la tendencia, cada una por su lado: ancianos cada vez más ancianos, y cada vez menos jóvenes en las calles.

En este contexto, hay gente en los 50-60 que piensa que, por toda su cotización y el esfuerzo de su vida, recibirán pensiones para poder vivir sus últimos años de su vida (que madre mía, cada vez son más largos) como si nada pasara. Peeeeero, una persona que esté viendo lo que está pasando y sepa mirar unos pocos datos, verá que es altamente improbable que reciban todas las prestaciones prometidas.

Es curioso ver como cada cierto tiempo, el partido de turno de la oposición le dice al Gobierno (en funciones, no olvidemos), que se está sacando mucho dinero de «la hucha de las pensiones«. Y alguno quizá se pregunte: ¿qué es eso?

Pues básicamente, es un fondo de dinero que la Seguridad Social acumuló durante unos años para poder cubrir las pensiones en caso de que no se pudieran pagar con los ingresos que el Estado obtiene anualmente. Y ahora es cuando buscamos cómo está en Google, y nos encontramos con el siguiente titular de El País (a fecha de 2 de julio):

La Seguridad Social saca otros 8.700 millones del Fondo de Reserva

Con el siguiente gráfico, bastante ilustrativo:

Pensiones

Es decir, que como la situación no mejore, en unos 3 añitos nos comemos lo que nos queda del fondo de reserva. Y entonces, a ver cómo consigue el Estado mantener las pensiones. Ah, porque otra cosa que hay que mencionar es que, aunque a veces se oiga que el «paro se está manteniendo a raya», hay que subrayar que cada vez Hacienda recauda menos de los salarios de los trabajadores; simple y llanamente, porque cobran menos dinero, y consecuentemente, pagan menos impuestos. Cosa que, combinada con las «fugas de capital», tampoco ayuda a estabilizar el Tesoro Público.

Y por último, medidas educativas como la de la reválida están haciendo que los jóvenes, poco a poco, pierdan la pasión por el saber, y se centren en una «obligación de estudiar para salir bien en la photo finish«, realmente sin ir más allá en todo lo que el aprendizaje implica. Y esto, viendo cómo está el panorama, es lo que menos le debería convenir a un Gobierno que, supuestamente, debería estar interesado en el bienestar de los ciudadanos a largo plazo, ya que debería tratarse de una institución que creara una red que pudiera utilizar el conocimiento de sus ciudadanos para el beneficio de la sociedad en su conjunto.

Pero bueno, honestamente, nada nuevo bajo el sol, y mientras sigamos en esta misma tónica estanca, poco se podrá cambiar. Ya se dijo en su momento: «Todo para el pueblo, pero sin el pueblo».

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